Según estudios especializados en aire comprimido, una sola fuga de 3 mm en una línea de aire comprimido puede costar más de 2.300 euros al año. Los estudios calculan que una planta de tipo medio con un mantenimiento deficiente puede desperdiciar el 20% de su capacidad total de producción de aire comprimido debido a las fugas. No obstante, los costes de energía asociados con las fugas de aire son tan solo uno de los factores en el coste total.
Si la cadena producción de su empresa precisa de un sistema de vacío no hacen falta muchas explicaciones para convencerle de la importancia de la integridad de la instalación y la ausencia de fugas que, al margen del malgasto energético, podría significar la contaminación del producto y de todo el circuito lo que se vería traducido en cuantiosas pérdidas por concepto de desecho de las materias primas contaminadas y retrasos en las entregas producto de la limpieza y puesta a punto de la instalación.
Lo anterior es particularmente crítico cuando nos referimos a la industria médica/farmacéutica y la industria alimentaria.